
El patrimonio histórico son las raíces que sustentan al árbol de la humanidad. Son elementos vivos sobre los que construimos nuestra identidad como pueblo, y como personas. Si todo nuestro patrimonio se borrase de golpe de nuestra vida perderíamos nuestra esencia, nuestro sentimiento de ser parte de un lugar, una cultura, un contexto.
Necesitamos conocer nuestro pasado para seguir construyendo nuestro presente y poder imaginarnos nuestro futuro. Más aún en nuestro contexto actual en el que nos enfrentamos cada día a un mundo en constante cambio, donde el hoy es una actualización completamente nueva de ayer. Cuidar y dejar intacto nuestro patrimonio para las generaciones venideras es un deber de todos.
El patrimonio tiene un papel protagonista en nuestras vidas
El patrimonio tiene un papel protagonista en nuestra vida desde el primer minuto. Conocemos la historia de nuestro patrimonio más cercano, paseamos por él, y transmitimos esas historias que forman parte de nuestra raíz más profunda cuando nos alejamos y socializamos con gente nueva.
“Quien no conoce su pasado está condenado a repertirlo”, “Quien no conoce su pasado nunca podrá innovar”. Descubrir los paralelismos entre pasado y presente permite, no solo que entendamos nuestra vida cotidiana y afrontemos la realidad con actitud crítica, sino también es un punto de partida para crear nuestro futuro, innovar, mejorar, seguir haciendo historia.

Conocer su esencia permite a las sociedades desarrollarse intelectual y económicamente. El componente cultural del turismo juega un papel fundamental a la hora de elegir destino. Mantener en buen estado nuestro patrimonio hará que el mundo se quiera acercar a nuestras calles y conocer nuestra historia mientras disfrutan también del sol, la playa y la maravillosa gastronomía que se puede de nuestro país.
Los daños al patrimonio cultural en el siglo XXI
El patrimonio cultural no permanece inalterable con el paso del tiempo. Está expuesto a diferentes agentes que lo pueden ir deteriorando progresivamente, o en algunos casos, rápidamente:
- Humanos: destrucción en conflictos bélicos o ideológicos, expolios, vacíos demográficos, abandono, vandalismo etc.
- Ambientales: condiciones climáticas o fenómenos metereológicos.
- Otros: la luz, la temperatura, la contaminación…
Los desastres patrimoniales siguen sucediendo en el siglo XXI, muchos de ellos ocasionados en lugares donde se están desarrollando conflictos bélicos: la pérdida de Palmira y la ciudad vieja de Alepo en Siria; Los budas de Bamiyan en Afganistán o Tombuctú en Mali. U otros factores como los incendios: en el año 2018 del museo nacional de Brasil o el de la catedral de Notre Dame en 2019. O por desastres meteorológicos como el terremoto producido en Nepal en 2015 que afectó a 130 construcciones de valor histórico.
Desastres patrimoniales en el siglo XXI:

El papel de la digitalización para preservar el patrimonio
La digitalización del patrimonio cultural juega un papel clave en la protección, conservación, investigación, restauración, difusión y promoción de los bienes culturales. Actualmente la tecnología permite recrear digitalmente los lugares con todo lujo de detalle.
Utilizar el escaneo en 3D para la conservación y restauración de edificios y ruinas tiene una alto valor porque permite conocer hasta el más mínimo detalle de la realidad del edificio: sus dimensiones, imperfecciones…. Además, las tecnologías permiten conectar a expertos que pueden poner en común sus conocimientos e investigaciones, y permite seguir aportando sin ser nada intrusivo ni deteriorar al original como podían pasar con las técnicas tradicionales de investigación.

Ejemplo de ello el proyecto para el estudio de la restauración de Notre Dame en París. Este se está llevando a cabo a través de un equipo de expertos que han reunido en una misma plataforma todos los modelos que describen las transformaciones que ha sufrido la catedral a lo largo de su historia. Lo hacen a través del estudio de toda la información recopilada de: fotografías, diferentes escaneos… que les permite obtener datos muy precisos para ejecutar la reconstrucción con mucha precisión y los mínimos fallos posibles. Además, de cara al futuro, esa información será pública y podrá estar al alcance de todos los usuarios.
Digitalizar el patrimonio de nuestro país permitirá que continúe creciendo y desarrollándose en una nueva dimensión mucho más accesible para todos. En ella, todos podrán aportar y estudiarlo de una manera segura, sin causar ningún impacto negativo sobre el original. Y de esta forma, nos aseguraremos de que las futuras generaciones puedan disfrutar del legado intacto enriquecido con contribuciones actuales.